viernes, 28 de octubre de 2011

La experiencia de ser maestra de ceremonia y algunos modestos tips si te interesa serlo también










Todo comunica. Eso es lo primero que se aprende al entrar a estudiar periodismo. O sea, la comunicación es un proceso y significa "poner en común" ¿qué cosas?, pues todo. Mi experiencia de vida, mis sensaciones, mis opiniones, mis miedos, mis anhelos, mi forma de pararme frente a la vida.

También comunico con mi forma de vestir, de hablar, de oler (ojo con los perfumes!), de mirar y de acercarme a los otros para hablarles...en fin, de todas las maneras que puedas imaginar, estamos comunicando.

Las empresas y personas de alta exposición pública, saben que la comunicación funciona de este modo e invierten en sus eventos de promoción, inauguraciones y lanzamientos, porque están muy claros de que el evento, es una herramienta que bien usada, fortalece la imagen de su organización. Da la oportunidad de tener a quienes nos interesan en un lugar que la empresa elige, para durante un breve período de tiempo, transmitir el mensaje que la organización desea, con énfasis en lo que ésta busca.

En este contexto, el maestro de ceremonia cumple un papel muy importante. Es más que un locutor (atención, que puede no ser locutor, y hacerlo fenomenal de igual modo). Es el puente de motivación; la función de anclaje entre la empresa y su evento, y el público (invitados), que asisten efectivamente a la actividad.

Mi experiencia como Maestra de Ceremonia nació a propósito de un evento que estaba organizando con mis dos grandes amigas y socias fundadoras de Meet Inn Patagonia Congresos & Eventos, Bettina Holzmann y Marcela López. Me dijeron que había un debate político que alguien debía moderar, y que querían que yo lo hiciera como periodista.

Me preparé, hicimos juntas el guión, y dí el paso.

Nos fue muy bien.

A partir de ese momento, el horizonte de mi carrera profesional se abrió a un plano que no había considerado antes. A la gente le gustó como lo hice. Me lo decían muchas semanas después de ese debate, y me empezaron a llamar para conducir otras actividades y así fue hasta hoy, donde puedo decir muchas gracias a quienes han confiado en mis servicios como Maestra de Ceremonia (va un homenaje para mis amigas Bettina y Marce porque seguimos trabajando juntas en ese plano. A Mariana Schmitt, Rodrigo Ibáñez y José Luis Barría de INACAP de Osorno, que me han sumado a su staff de eventos frecuentes), y a las empresas e instituciones que contratan mis servicios en este plano.

En el sur de Chile, hay más maestros de ceremonia que maestras de ceremonia. Creo que eso podría cambiar, si las mujeres se atrevieran a incursionar en este rol. Hay que prepararse; hay que cuidar la voz y la imagen. Pero una vez en el escenario, si lo disfrutas y tu cliente también, puede ser una excelente especialidad de ejercicio profesional y periodístico.

Te lo puedo asegurar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario